Increíble, ¡graban a la Tubastreas reproduciéndose!
Las Tubastreas, o corales del sol, son de los corales no fotosintéticos más comunmente mantenidos en cautividad en los acuarios.
Estas bellezas de colores amarillo, naranja y tonos rojizos (o las tubastreas verdes y negras de la especie T. micracantha) necesitan de comida «sólida» en forma de plancton o de comida sobre sus pólipos para poder sobrevivir en los acuarios. Algo que en el mar tienen a su alcance con cada marea y que les proporciona una ventaja competitiva para expandirse hasta regiones que nunca antes habían poblado.
Y es que se sabía que las Tubastreas podían ser prolíficas, pero pocas veces se habían hecho estudios tan minuciosos y tan detallados como el que os vamos a contar.
Unos investigadores brasileños se pusieron en el 2016 manos a la obra para determinar cuán prolíficas podían ser las Tubastreas. Y los resultados son bastante asombrosos.
La investigación principal la podéis encontrar aquí y también aquí en pdf.
En el 2016 recogieron 10 colonias salvajes de Tubastreas en la zona de Sao Paulo (Brasil) y las mantuvieron en acuarios de 2 litros pero con el ciclo abierto de agua (se cambia constantemente en otras palabras). Alimentándolas con plancton de tamaño entre 25 y 200 micras cogido del mar directamente, fueron capaces de reproducir los corales de manera bastante importante.
Y es que durante los 3 meses que duró el experimento, consiguieron 18139 vástagos. Sí, sí, has leído bien, casi 20.000 posibles Tubastreas nuevas. ¿Asombroso verdad? Y el mayor récord creando nuevos corales lo ostentó una colonia de tamaño pequeño de 34 pólipos (para los investigadores, una colonia de menos de 38 pólipos era pequeña). Para los aficionados a la acuariofilia una colonia de dichas dimensiones es una pasada de grande normalmente, pues es difícil ya encontrar ejemplares mucho más grandes que esos. Para los investigadores, una colonia grande era aquella que tenía más de 52 pólipos.
Esta pequeña colonia de 34 pólipos produjo, en tan solo 24 horas, 1561 larvas (que digo yo, que el becario que tuvieran contratado, ese día se quedó ciego contando larvas 🙂 ). Con esto, todo indica que alimentando bien a estos corales, podríamos obtener cantidades importantes de larvas de cara a proyectos de cría en cautividad a gran escala. (sigue después del vídeo)
En el estudio, no obstante, se puede ver que estadísticamente es más frecuente obtener más cantidad de larvas y embriones de las colonias más grandes, pero que no es proporcional ni mucho menos. Además las Tubastreas tienen la particularidad de que son bastante asincrónicas y no parecen (al menos en el estudio) tener una evolución previsible de cuándo van a expulsar larvas. En los 3 meses de estudio tenían picos tremendos de expulsión de larvas, y otros días en los que no había apenas.
Las Tubastreas expulsaron embriones, larvas formadas y larvas sin formar. Normalmente en el mar estas larvas pasarían todas a la columna de agua, en las que los embriones y las larvas sin formar acabarían desarrollándose hasta dar lugar a larvas formadas (como la que puedes ver en el vídeo saliendo de los tentáculos). Estas larvas luego se adhieren a la superficie de alguna roca u otro material y comienzan a desarrollar una nueva Tubastrea.
Estas larvas pueden permanecer en la columna de agua durante más de 3 meses (por eso las Tubastreas son de los corales que mayor dispersión tienen en el medio natural y colonizan nuevos entornos más rapidamente). Es más, ya se han descrito colonias (con esto del calentamiento global) en zonas donde nunca antes se habían visto en el Atlántico.
Pero aunque pueden permanecer durante más de 3 meses en la columna de agua, la mayoría se deposita y adhiere a alguna superficie en los primeros 3 días y comienzan su metamorfosis para iniciar una mini tubastrea en los primeros 10 días de vida. Y esas larvas pueden unirse entre ellas en la columna de agua para formar directamente mini colonias, y no solo un pólipo.